Radio Gracia y Verdad

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Sobre Nosotros

Nuestra Misión

Somos una comunidad cristiana comprometida con la predicación del Evangelio de Jesucristo, la enseñanza bíblica sólida y el servicio a nuestra comunidad. Nuestro propósito es glorificar a Dios, hacer discípulos y transformar vidas a través del poder del Espíritu Santo.

Nuestra Visión

Ser una iglesia que impacta positivamente a nuestra comunidad y más allá, formando creyentes maduros en la fe, comprometidos con la misión de Dios y viviendo en amor y unidad como cuerpo de Cristo

Fundación

En el año 1926, llegaron a Iquitos los primeros misioneros evangélicos, quienes realizaban sus cultos en el segundo piso de un edificio conocido como “Polo Norte”.
Después de siete años de arduo trabajo por la causa de Cristo, los misioneros decidieron repartirse con el propósito de expandir la obra del evangelio.

Fue entonces que un grupo, bajo la dirección del misionero escocés Hermano Juan Mackienon, alquiló un local en la esquina de las calles Arica y Ucayali, donde el 30 de agosto de 1932 se fundó oficialmente la Iglesia Evangélica Unión Peruana.

El crecimiento fue rápido y evidente. En tan solo dos meses, el número de miembros aumentó considerablemente, por lo que fue necesario trasladarse a un nuevo local ubicado en la esquina de las calles Tacna con Brasil, exactamente frente a la conocida Casa de Piedra. Este cambio ocurrió el 30 de octubre de 1932.

En su nueva ubicación, la iglesia vivió un tiempo de fortalecimiento y crecimiento espiritual, siendo bendecida también con los matrimonios de los hermanos Carlos Gutiérrez Lauri y Laura Pereyra Cavalcanti, y Guillermo Flores y Teresa Ferreira García.
A medida que la congregación seguía aumentando, surgió la necesidad de formar nuevos líderes y predicadores. Fue así que, en 1935, el Pastor Juan Mackienon, con el apoyo de la iglesia, envió al hermano Solano Valles Reátegui al Seminario Bíblico Interdenominacional Latinoamericano de Costa Rica, para prepararse en el ministerio del Señor.

A inicios de 1936, la iglesia recibió una noticia inesperada: durante un culto de Escuela Dominical, el Pastor Juan Mackienon y su esposa Ana de Mackienon anunciaron su retorno a su país natal, Escocia.
La noticia causó tristeza y desconcierto, pues la congregación quedaría sin pastor. Ante esta situación, el hermano Carlos Gutiérrez asumió el liderazgo de la iglesia, designado por el propio Pastor Mackienon, acompañado por su esposa, la hermana Laura Pereyra de Gutiérrez, quienes continuaron con esfuerzo y dedicación la obra iniciada.

Finalmente, los esposos Mackienon partieron rumbo a Escocia el 13 de abril de 1936, dejando un legado de fe, servicio y compromiso que marcó los cimientos de la Iglesia Evangélica Unión Peruana.

Como Ministerio, Creemos:

1️⃣ En la Biblia

Creemos en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, como la Palabra inspirada por Dios, única base y medida de la doctrina, la fe y la vida cristiana.

2️⃣ En un Dios Trino
  • En Dios Padre, creador del cielo y de la tierra.

  • En Dios Hijo, Jesucristo, en su encarnación, vida sin pecado, sufrimientos, muerte redentora en la cruz, resurrección, ascensión y su segunda venida.

  • En Dios Espíritu Santo, cuya obra en el ser humano lo lleva al arrepentimiento (reconocimiento y rechazo del pecado), a la conversión (entrega a Dios), al nuevo nacimiento (recepción del Espíritu Santo) y a la santificación (una vida transformada por el poder divino).

3️⃣ En la Salvación por la Fe

Creemos en la corrupción y perdición del ser humano a causa del pecado original, y en su salvación únicamente por la fe en la obra redentora de Jesucristo.

4️⃣ En la Comunión Espiritual

Creemos en la comunión por medio del Espíritu Santo con Dios nuestro Padre, con Jesucristo nuestro Señor y con todos los creyentes nacidos de nuevo.

5️⃣ En la Segunda Venida de Cristo

Esperamos con fe la segunda venida de Jesucristo, quien vendrá para arrebatar a los suyos y cumplir su promesa de vida eterna.

6️⃣ En el Juicio Final y la Vida Eterna

Creemos en el Juicio Final, en la vida eterna en comunión con Dios para los redimidos, y en la condenación eterna para quienes rechacen a Jesucristo como su Salvador.